miércoles, 19 de mayo de 2010

LO QUE SABEN MIS ESTUDIANTES.
Por pláticas con los estudiantes, me he dado cuenta de que, aunque conocen muy bien el funcionamiento de Internet, su uso se ve limitado a unas cuantas actividades como salas de pláticas, intercambio de fotografías, juegos, ver videos, y otras pocas actividades recreativas.
Muy pocos lo utilizan para buscar información que aumente su cultura o sus conocimientos en algún área determinada del pensamiento, o para informarse acerca de los acontecimientos que suceden en su entorno o en su propio país. Cuando llegan a buscar tal información, lo hacen por obligación de alguna actividad escolar, pero no por iniciativa propia.
Todo esto no deja de ser un obstáculo para el proceso enseñanza-aprendizaje, por las grandes cantidades de tiempo que gastan en actividades no culturizadoras, sin embargo, tal situación se puede aprovechar en beneficio de nuestra actividad docente. De esta forma, podríamos emplear sus habilidades en el uso de Internet, para encaminarlos hacia la búsqueda de información, que puedan aprovechar para que los saberes del aula se vean complementados con opiniones de personas que saben mucho de la materia en cuestión.
Además, en ocasiones es mucho mejor que un estudiante le enseñe a otro, en lugar del mismo profesor, ya que entre ellos, utilizan los términos exactos para poder entenderse. Entre los estudiantes se pueden enseñar, por ejemplo, las mejores técnicas de búsqueda por Internet, las páginas más adecuadas para tal o cual tema, a discriminar y clasificar información, o a utilizar de determinada manera la información obtenida. Esto, no solamente puede ser transmitido dentro del aula, sino que es muy posible que se pueda hacer en las salas de pláticas en las que acostumbran a estar, por correo electrónico, o por videoconferencias, todo esto, aprovechando las habilidades que han adquirido en el manejo de tales herramientas.
Todo lo anterior se verá reflejado en una mejor calidad en los trabajos que entregan, en la ampliación de su vocabulario, en la efectividad en la búsqueda de información y en la mayor aplicación de posconocimientos adquiridos, en su vida cotidiana, Todo lo cual, servirá como evidencia de la enseñanza que hacen los alumnos con sus compañeros.
Por supuesto, no toda la información que se encuentra en Internet es cierta, válida o confiable, por lo que, nosotros, como guías del proceso de aprendizaje de los alumnos, debemos estar correctamente informados acerca de las páginas que contienen información fidedigna, y proponerles que consulten tales, ya que, de otro modo, los muchachos se perderían en el mundo de información que contiene la Red; no es darles la información, o decirles exactamente donde encontrarla, ya que esto desvirtuaría la actividad de búsqueda, sino se trata de acompañarlos en el proceso, acotando las búsquedas y que resulten más ágiles y productivas.
Se hace absolutamente necesario que concienticemos a nuestros estudiantes, de que ellos mismos son los gestores de sus conocimientos, y de que nosotros solo somos unos guías en tal actividad. Esto quiere decir que no les vamos a enseñar, sino que vamos a aprender junto con ellos; por lo tanto, ellos mismos deberían obtener habilidades, conocimientos y actitudes, utilizando todos los medios a su alcance, tales como libros, revistas, periódicos, enciclopedias, Internet: no se aprende solo en el aula, sino en cualquier lugar en el que se encuentren.
Tenemos que hacerles conciencia de que no están solos en este proceso, sino que cuentan con nosotros o con sus propios compañeros.
La estrategia a la que se llegó por consenso con los estudiantes, para aprovechar los conocimientos y habilidades ya mencionados para su vida dentro del aula, fue la siguiente:
1.- Asignar una pequeña tarea de investigación, utilizando Internet.
2.- Formar equipos de trabajo, en los cuales se mantenga una comunicación estrecha, estrictamente en línea.
3.- En el aula, formar una mesa redonda para comentar las ideas principales encontradas en cada equipo.
4.- Se deben incluir a todos los integrantes de cada equipo.
5.- Demostrar con éste medio, que Internet se puede utilizar también para complementar los saberes que se obtienen en el aula, compartiendo información y colaborando con los otros para que el trabajo sea más fácil, productivo y pertinente.
Las semejanzas con otros blogs son que los estudiantes utilizan la tecnología para casi cualquier actividad de su vida cotidiana, que la utilizan principalmente como medio de diversión, entretenimiento o relajación, que se conectan varias horas al día y que son muy hábiles en el uso de tales tecnologías, enseñándoles a sus compañeros que no son tan hábiles, las mejores técnicas para obtener mayores provechos de los aparatos electrónicos

miércoles, 5 de mayo de 2010

Los saberes de mis estudiantes

ENTRE LA DOCENCIA Y MI PROFESIÓN.

Por principio de cuentas yo soy Ingeniero Químico Industrial, titulado, egresado del Instituto Politécnico Nacional, de la generación 1985-1990. Ingresé a esa carrera, ya que siempre me gustó la forma en la que la materia se transforma. Desgraciada o afortunadamente, no trabajé de manera formal en alguna industria, por lo que cuando, egresé, mi experiencia era mínima, lo cual me impidió ingresar rápidamente al campo laboral.
Luego de mucho buscar empleo, y ya que no podía montar mi propia empresa por falta de recursos financieros, encontré un trabajo en el H. Ayuntamiento de Coacalco, en el Estado de México. Estuve trabajando allí por dos años, durante los cuales, la secretaria que me ayudaba me insistía que buscara un trabajo más estable, y que ella sabía de una escuela en la que estaban solicitando profesores. Luego de mucho pensarlo, me decidí a ir a probar suerte en agosto de 1991, con la sorpresa de que inmediatamente se envió mi propuesta al Gobierno de Estado de México, como profesor de 20 horas en el turno matutino. Un día después, se me propusieron otras 20 horas en el turno vespertino, que son las horas que tengo hasta la fecha.
Llegué por casualidad a la docencia, pero al pasar el tiempo, me agradó mucho esta actividad y ya no la quise cambiar por otra: a fin de cuentas, uno de los perfiles de egreso de mi carrera es la docencia.
Cuando observo a mis compañeros de otros niveles educativos, no los envidio de ninguna manera, ya que he impartido clases tanto a nivel secundaria como en superior, y siento que los muchachos no son tan nobles como en el bachillerato, además de que en este nivel es posible impartir conocimientos, reforzar valores y guiar en una etapa muy importante de definición de la personalidad de los estudiantes. Yo no llego todos los días a un trabajo remunerado, sino a un lugar al que voy a divertirme: no es lo mismo divertirse que hacer fiesta. Mis actividades las realizo con la mentalidad de que son algo lúdico y no algo impuesto, tedioso o rutinario. Siempre se viven situaciones nuevas y ni un solo día es igual al otro.
En toda actividad que se realice en la vida, se tienen tanto satisfacciones como descontentos. Una de las principales satisfacciones, es cuando llegan algunos muchachos ya egresados a visitarme y mencionan que tanto los conocimientos, como los valores que le inculqué, les han servido mucho para su vida cotidiana: estos comentarios hacen que valga la pena todos los esfuerzos y sinsabores que trae consigo la docencia. No cabe duda de que las situaciones de la vida no son perfectas, y siempre tiene que haber algo que no es agradable, como por ejemplo, cuando uno tiene que bregar con alumnos que no tienen la menor intención de estudiar, o por lo menos de trabajar ni en las clases ni en su casa: gente que no toca un cuaderno fuera de la escuela y que hasta les molesta que se les reclame por ello; algunas partes del sistema educativo en general, que propician el conformismo de los estudiantes, como por ejemplo, por mencionar una de ellas, la de no poder asignar calificaciones menores a cinco, ya que, como ellos hacen sus cuentas, solo necesitarían un siete para aprobar. Se les ha insistido que solo pasar no es suficiente para sus aspiraciones, pero algunos de ellos tienen tan pocas, que con eso se conforman.
Es en general lo que puedo relatar acerca de mi experiencia de 18 años como docente: con sus altas y sus bajas, pero es una profesión muy interesante y en ocasiones hasta excitante.



EL SER Y HACER DOCENTE.

Todos tenemos diferentes formas de percibir la educación, sin embargo, hay situaciones y factores que tenemos en común todos los que nos dedicamos a la docencia.
Nos enfrentamos a varias problemáticas, como la burocracia excesiva: en ocasiones las autoridades educativas nos encomiendan más proyectos que horas de clase, innumerables comisiones a diversas actividades que nos quitan tiempo frente a los grupos, papeles y más papeles que llenar, que en su mayoría resultan repetitivos o inútiles para nuestras labores, o los casos en los que se necesita que la Institución nos facilite algún material para nuestro trabajo, y hay que llenar varios formatos, para que, al final, nos digan que nos lo pueden prestar cuando ya no lo necesitamos.
Por otro lado, el Sistema Educativo (por lo menos en el Estado de México) nos está orillando a producir cantidad y no calidad de alumnos, por medio de algunos cambios, como colocar una calificación mínima de cinco, aunque el muchacho no haya hecho absolutamente nada en el bimestre o en el semestre completo, o que ya no importe si el estudiante viene o no a la escuela; en resumen, no quieren alumnos reprobados, aunque lo merezcan. Yo he sufrido la intransigencia y prepotencia de las autoridades con motivo de esta situación, ya que algunos no entienden que al estar por delante la calidad y el empeño de los muchachos, lo demás se logra por añadidura.
Los alumnos en ocasiones (agradezco que no siempre y no todos), son sumamente conformistas y lo único que quieren es aprobar la materia: como sea, pero no reprobar. Además, éstos cuentan con el Sistema que los protege si no hacen nada o lo hacen mal. Algunos ni siquiera ponen atención a las clases, y uno no puede hacer nada, ya que ha habido ocasiones en que se colocan en la actitud retadora de “Enséñeme si puede”.
Muchos padres de familia a veces no apoyan en la instrucción de sus hijos, ya que no tienen tiempo ni para hablar con ellos, menos para estar al tanto de cómo van en la escuela o para revisar si hicieron sus trabajos extraclase.
La sociedad requiere más mano de obra barata para manipular repetidamente máquinas y no gente pensante que cree y modifique procesos.
Lo preocupante es que los profesores nos dejamos llevar por todo o anterior, y a veces nos da igual si damos bien nuestras clases o hasta si las damos, prefiriendo hacer otras cosas, ya que si los alumnos no quieren estudiar, por qué nosotros nos tenemos que desgastar preparando clases y dando lo mejor de nosotros.
A pesar de todo, la nuestra es una profesión muy satisfactoria, no en el ámbito económico, sino en el moral, ya que, a qué profesor no le agrada que, luego de algunos años de haberle dado clases a algunas personas, éstas lleguen a decirnos que ya tienen un título universitario y que su empleo es lo que siempre quisieron, todo gracias a nosotros, o que nos recuerden por las cosas que les dijimos o por los buenos ejemplos que les dimos.
Creo que, en general, a pesar de todos nuestros problemas, la gran mayoría de nosotros tratamos de solucionarlos con nuestros propios medios y capacidades, poniendo lo que está de nuestra parte, ya que, lo que no depende de nosotros, difícilmente podremos solucionarlo. Tratamos de cumplir con toda la reglamentación y, sobre todo, con nuestras obligaciones a cabalidad.